Estoy en el trabajo y otra vez me olvidé de todas las notas que vengo haciendo durante días. Son frases escritas en papeles, desprolijas. A veces me enojo porque no me salen demasiado profundas y otras veces son tan simples que me encantan.
Hace varios días que quiero traerlas porque me aburro mucho y pensé en hacerlas posteos y subirlas a Instagram. Con suerte a alguien le gustan.
También podría hacerlo en casa, pero acá siento que aprovecho el tiempo porque estoy trabajando y para mi, escribir es un poco eso.
Últimamente estoy en modo rebelde: no le contesto a la gente por WhatsAPP, dejo cosas sin leer y me quedo leyendo un libro hasta último minuto sabiendo que estoy llegando tarde. Podría ser un poco más justa y decir que voy a cambiar. Qué clic tan increíble e irreversible el darte cuenta que no estamos acá para sorprender a alguien.
La semana pasada me compré un par de zapatillas por internet. No entiendo a la gente que le gusta comprar ropa por internet. Ya me llegaron y no me gustan. Buscaba unas zapatillas para correr pero que a la vez sean lindas para poder usarlas en cualquier situación. Se asemejan muchísimo a lo que vi en la página, pero hasta ahí. Lo mismo pasa en Tinder.
Levanto una zapatilla con las dos manos y la miro, noto absolutamente todo lo que no me gusta. Pero el talle está perfecto. No me convence. Siempre hago compras de mierda, pienso pero no le digo a nadie.
Le saco la etiqueta para confirmar que es un mambo mío. Listo, ahora no se pueden cambiar. Me las pongo y salgo a trabajar. Me reflejo en una vidriera gigante, oscura y no puedo creer lo mal que me quedan. Me gustaría ser ese tipo de gente segura, que sabe que las cosas le quedan bien.
Hace un par de días me hice la revolución solar y la astróloga me dijo que tenga cuidado en los momentos donde sienta ansiedad, más si estoy en la calle porque puedo sufrir algún accidente. Entonces cuando me pasa, ahora pienso en cosas lindas. Hay un montón de discos espectaculares, pero For Ever de Jungle se va al carajo. Tengo una agencia de publicidad, ¿Somos Dupla es una agencia de publicidad? Con Nati, mi dupla, nos gusta decirle estudio. Además, sentimos que un poco nos diferencia. Yo creo que es una negación que tenemos hacia todas las agencias tradicionales, a las cuales no nos queremos parecer.
Este estudio me está llevando mentalmente mucho tiempo. A Nati también.
Quizás es por eso que no estoy subiendo los posteítos a mi Instagram. Ojalá este proyecto me devuelva todo el ego que perdí. Porque siendo sincera, sólo me preocupa una cosa de tener el ego alto: no ser graciosa.
Desde que te das cuenta que no estás acá para sorprender a alguien te reís. Jugás con tus defectos en frente de otras personas y te liberás de tremendo monstruo que te condena si no cumplís con las expectativas de lxs demás. Y resalto con mucha fuerza “expectativas que son de lxs demás” porque ya intento demasiado cumpliendo las mías. Todavía no entiendo en qué momento creamos el concepto de tener que cumplir con las expectativas de otrx. Es decir, lo creamos para después decir ¿viste esto? bueno, es lo que no tenés que hacer jamás.
Otro concepto en el que estoy pensando mucho últimamente es el de la contradicción. Las personas no pueden contradecirse, vos no podés estar un día de acuerdo y al otro no. Y si lo hacés tenés que tener una opinión fundamentada. Sin tener en cuenta que cada persona es un mundo de opiniones. Quizás, lo que nos diferencia es que algunxs compartimos nuestras opiniones sin pensarlas demasiado, pensamos colectivamente como diciendo a ver, ayudame a pensar esto un cachito. Mientras otrxs crean un análisis basado en el estudio de la ciencia y la experiencia.
Perdí muchos miedos últimamente, pero el miedo de que alguien muera de literalidad al lado mío me desvela.
